Sobre los gastos de publicidad

A pesar de la muy anunciada austeridad republicana, sorprendió a propios y ajenos que el Presidente Andrés Manuel López Obrador aumentó el monto que se ejercerá en publicidad para su gobierno. Podría parecer un gasto superfluo, pero si lo pensamos lento posiblemente no lo sea tanto. Me explico:

López Obrador está siempre envuelto en la polémica. No sólo porque cada que se refiere a quienes no le siguen ciegamente lo hace con peyorativos, descalificándolos, sino porque la oposición ahora se muestra más fuerte que nunca exigiéndole que cumpla con los compromisos que, cual estandartes, ondeaba en la campaña más larga que los millenials hayan visto, y los tomo de ejemplo por ser un sector donde reposa ampliamente el apoyo al Presidente.

Ante esta oposición y las altas expectativas que generaron en campaña los miembros del Movimiento de Regeneración Nacional escudados en el tabasqueño, la necesidad de dar a conocer cada paso dado es altísima. Hoy más que nunca urge al Ejecutivo Federal difundir lo más ampliamente posible lo que hace o deja de hacer, además de promover entre la población su pensar acerca de los proyectos que propone para legitimar las decisiones tomadas que somete a “consultas”.

No digo que la cantidad no sea elevada y no pueda antojarse superflua, pues según los que saben es incluso mayor que la que Enrique Peña Nieto ejerció en su administración. Lo que preguntaría es: ¿las universidades sí podrían hacer más con menos, pero los publicistas no? Y lo pregunto porque justo ayer por la mañana veía un comercial horrendo sobre la Guardia Nacional, que ponía en tela de juicio la calidad de lo que pretenden hacer con esos aumentos.

Señor Presidente: qué bueno que pretende darle la más alta difusión a los proyectos que pretende emprender o que continuará ejerciendo. ¿Es mucho pedir que la difusión incluya en un futuro información precisa, real, sin una doble intención, que evite los descalificativos y que permita el libre diálogo?

Creo que tiene un punto válido en extender el presupuesto para publicidad, pues ante las expectativas que existen sobre su gestión será necesario rendir informes continuos que alcancen a la mayor parte de la población, pues así podrá convencernos a muchos de buenos proyectos y desanimar a otros tantos con el incumplimiento de promesas de campaña que eran totalmente irreales. Lo felicito por esa visión, sólo le recomiendo que esta sea objetiva y veraz.

Es más: mejor evite que se difundan noticias falsas y gaste una partida de ese presupuesto en desmentirlas y pedirle a sus seguidores que no las compartan, que las ignoren y que sean críticos con lo que leen y comparten, particularmente a los que forman parte de los gabinetes que dirige su partido en todos los niveles.

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