Ávido lector, enamorado de la letra. Así define Andrea Puente-Catán a Daniel, como cariñosamente llama al extraordinario compositor mexicano. Ella misma tomó la misión de llevar la música del también Filósofo por la Universidad de Sussex (Reino Unido) a cada rincón del mundo, con una notoria fascinación por su trabajo del que fuera testigo presencial como su esposa.

Así, compartiendo vida y espacio, recuerda el estreno en 1991 de La Hija de Rapaccini en el Palacio de Bellas Artes, que se presentaría en 1993 con la San Diego Opera.  «Luego de ella empezaron a hacerle encargos de otras casas de ópera», cuenta en entrevista con tangible cariño en la voz, al tiempo que nos deja ver un importantísimo detalle: Daniel Catán es el pionero de la ópera en español y siempre eligió él las temáticas de sus obras, donde ponderaba la idiosincracia y literatura latinoamericana, a la que quiso llevar a los grandes escenarios en creaciones operísticas.

Luego de 28 años de su estreno, La Hija de Rapaccini vuelve a México en el marco de El Aleph, Festival de Arte y Ciencia de la Coordinación de Difusión Cultural de la UNAM que presenta la creación de Catán los días 24 y 25 de mayo en la Sala Miguel Covarrubias del Centro Cultural Universitario. Basada en un relato de Nathaniel Hawthorne, después utilizado por Octavio Paz, se desarrolla en Padua envuelta entre el amor y la medicina.

Él quiso poner la literatura latinoamericana en los grandes escenarios, nos cuenta Andrea, quien mantiene una relación constante para que la música del compositor se toque. Es tan estrecha la comunicación que incluso el acervo sonoro de Catán fue donado a la Fonoteca Nacional de México por su familia. Su amor por nuestras raíces es tan profundo como podemos ver en Salsipuedes, que tiene una notoria inspiración en la música cubana con pocas cuerdas, que ella misma define como rítmica. Sorprende además que Salsipuedes fue resultado una búsqueda de Catán para encontrar al escritor, eligiendo un guión que iba a ser una película.

Es una partitura mucho más rítmica que aprovecha los instrumentos de aliento y metal y es una pieza casi persuasiva. Él decidió que la orquestación fuera así. Él quería una orquestación más rítmica, y los cantantes tienen melodías muy memorables y generan un balance entre ellos.

-Andrea Puente-Catán sobre Salsipuedes.

No es casualidad que su musa fuera latina: Era lector y admirador de Vargas Llosa, Paz, Márquez, entre otros, cuyas obras podemos encontrar en partituras como Florencia en el Amazonas (el primer título en español encargado por una compañía estadounidense, la Houston Opera en 1994), Il Postino (basada en El Cartero, de Neruda, y estrenada con Plácido Domingo interpretando al poeta chileno)  o la misma Salsipuedes, comisionada en 2004 por la Ópera de Houston y que bien podría ser contada por un gran ensamble de salsa con fuertes raíces caribeñas.

Esta magnífica obra, paradigmática y llena de colores musicales, llega al Palacio de Bellas Artes luego de recorrer importantes recintos como la Opera de Hagen en 2009 en Alemania, el Moores Opera Center de la Universidad de Houston en 2012 y el Teatro Bicentenario en Texcoco en México en 2017. Las funciones tendrán lugar los días 26, 28 y 30 de mayo y el primer domingo de junio con destacadas voces como Ángel Macías, Liliana Aguilasocho, Josué Ceron y Mariana Sofía García, además de Alejandro Navarrete, Rodrigo Petate, Armando Gama, Alan Pingarrón, Angélica Alejandre y Arisbé de la Barrera.

Catán es creador de una corriente nueva que busca ponderar nuestra letra, nuestra música y nuestra cultura en el mundo mediante un acto tan sublime y permanente como la ópera.

Sin duda alguna es imperdible este pequeño «Ciclo Catán» en dos salas tan importantes como Bellas Artes y la Covarrubias.