Clara antes que Schumann

Mucho se habla de la música de Robert Schumann, tocada en todo el mundo por las más importantes instituciones. Sin embargo, es siempre omitido que gracias a Clara Wieck-Schumann es que conocemos a quien fuera su esposo. Va la historia:

Clara Wieck (mejor conocida como Clara Schumann por su apellido de casada) fue uno de los grandes prodigios musicales de Alemania, estrenando su Concierto para piano con apenas 15 años. Prolífica compositora, se enamoró perdidamente del joven Robert Schumann cuando este, estudiante de Derecho, llegó para aprender piano con Friedrich Wieck, papá de ella y quien se opuso rotundamente a la relación de los dos jóvenes pues él era 9 años mayor que su hija.

Tras una batalla legal emprendida por los dos enamorados, finalmente el Sr. Wieck tuvo que aceptar el matrimonio de su hija, quien nunca aceptó las recomendaciones de Robert de retirarse del mundo de la música pues era una de las más importantes pianistas jóvenes de Europa, reconocida ampliamente por su talento. Schumann decidió apoyarla, muy a regañadientes pues no resultaba fácil para un hombre de 1800 estar «a la sombra» de su esposa. Ella, reconociendo el talento de su esposo, comenzó a tocar su música en recitales y conciertos por todo el continente.

Si a alguien le debemos la fama internacional de Robert Schumann es, sin duda alguna, a Clara Wieck. Una vez fallecido el compositor, Clara se convirtió en una apasionada promotora de la música de Robert. No sólo la seguía tocando, sino que al ser una importante agente en Europa conseguía que jóvenes prodigios mantuvieran viva la llama de la música de su finado esposo. Wieck es, sin duda alguna, punto clave en la carrera de Schumann no sólo por haber tocado sus composiciones en los 16 años que duró su matrimonio, sino durante los 40 posteriores a su deceso en los que incansablemente lo presentó en todos los escenarios posibles.

Coloquialmente se dice que «detrás de un gran hombre hay una gran mujer». En el matrimonio Schumann-Wieck, él fue quien estuvo detrás y ella quien lo puso no en frente, sino a su lado.

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