En una íntima charla organizada por el Ópera Studio Beckmann, el tenor mexicano Rolando Villazón compartió sus experiencias con jóvenes cantantes.

«Fui descubierto cantando en la regadera», recuerda Villazón. Con esa anécdota, el ahora director de la Mozarwoche le recomienda a las y los estudiantes apoyados por la Fundación Beckmann «tener expectativas modestas», pero «dejarse sorprender por la carrera».

En una charla de más de 1 hora, el tenor mexicano abordó sus inicios, el cómo los concursos fueron uno de los mejores métodos que encontró para dar a conocer su voz y su trabajo, la importancia —y no dependencia— de los maestros de canto, coaches vocales y agentes, así como sus secretos para las audiciones. «Tu pieza para audicionar es la que más cómo te hace sentir», apuntó al hacer recomendaciones para quienes se presentan. «Lo primero que evaluamos en un cantante es su seguridad«, remarcó basado en su experiencia ahora del otro lado de la moneda en materia de programación artística.

Además de los consejos vocales y de preparación, Villazón recordó a las y los integrantes del Ópera Studio Beckmann la importancia de conocer su instrumento. «Vayan con su foniatra cuando se sientan sanos y háganse una fotografía de las cuerdas vocales en su mejor estado de salud, así van a poder detectar cualquier modificación», recomendó.

Para finalizar, el tenor fue puntual al señalar que «México es semillero de buenas voces, no de cantantes» e insistir en lo elemental que resulta una buena formación vocal antes y durante la carera. «Todos tenemos coach vocal«, enfatizó. •