El emperador va desnudo

¿Te acuerdas de aquella fábula que leíamos de niños, El traje nuevo del emperador? Es la historia de unos estafadores que engañan a un soberano haciéndole creer que han fabricado una nueva tela que sólo la gente inteligente puede ver; el supuesto textil en realidad no existía y, al vestir el “nuevo traje” confeccionado con ella, el Emperador salió a mostrarse por las calles bajo la misma consigna: Esta tela sólo puede verla la gente inteligente, y como nadie quiere parecer tonto, el pueblo halagaba el fantástico vestido hasta que un niño, en la inocencia propia de la edad, gritó “¡El emperador va desnudo!”, dejándolo en vergüenza mientras quienes le estafaron huían con el jugoso pago que exigieron a cambio de aire.

Eso mismo pasa con Chapultepec Naturaleza y Cultura, el proyecto “cultural” insignia del gobierno de López Obrador en el que se invertirán este año $3,508,000,001 que representan aproximadamente el 25% del presupuesto asignado para la cultura federal y que rebasa el del INBAL y el INAH: Gabriel Orozco entregó a la presidencia y la Secretaría de Cultura un plan que “sólo los muy letrados en arte pueden ver” de lo conceptual que resulta, pero que ni los expertos entienden porque, sencillamente, no existe.

Fotos: Presidencia de la República

Las comillas de “cultural” no son gratuitas: Chapultepec Naturaleza y Cultura no dista mucho del Shopultepec con el que se quería privatizar la Av. Chapultepec con el pretexto de ofrecer un recinto artístico que en realidad era un centro comercial —y si a dar conciertos en los centros comerciales le llamamos proyecto cultural entonces hay que rebautizar Perisur—.

El escándalo tampoco es gratuito: ¿Cómo podemos pretender destinar una cantidad tan obscena de dinero a construir calzadas flotantes (que nada de culturales tienen), cubos escénicos (adyacentes al Centro Cultural del Bosque, que contiene nada menos que el Auditorio Nacional) o pabellones de arte (en una zona con al menos 7 museos) cuando las compañías y los creadores arrancan el año en números rojos y se han convertido en todo lo que se pueda con tal de sobrevivir? ¿No sería más necesario recuperar los espacios ya consolidados, diseñarles robustos programas de trabajo que los hagan aún más relevantes y pensar mejor el gasto, orientándolo a recuperar también a nuestros creadores de la profunda problemática económica que atraviesan?

En cada evaluación de Chapultepec Naturaleza y Cultura más de uno se da cuenta: El presidente va desnudo. •

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