Por Raúl Menchaca

LA HABANA, 10 feb (Xinhua) — Reforzar el hábito de lectura, pero sobre todo evitar el contagio de la enfermedad del nuevo coronavirus (COVID-19), son los objetivos del proyecto «Libro a la casa», que por estos días se impulsa en varias librerías cubanas.

Desde mayo pasado, el Centro Provincial de la Literatura y el Libro en La Habana concibió ese proyecto que permite a los lectores comprar los textos de su preferencia desde la seguridad del hogar.

«La idea es llevar el libro a la casa de las personas para contribuir a que el distanciamiento físico sea una realidad y que las personas encuentren en la literatura un modo de quedarse en sus domicilios», dijo a Xinhua la directora del Centro Provincial de la Literatura y el Libro en La Habana, Dulce Domínguez.

Los interesados solicitan los libros por teléfono a las librerías más cercanas, donde toman el pedido y hacen la entrega en casa en menos de 72 horas, lo cual evita la exposición de las personas a la COVID-19, que ha repuntado con fuerza en todo el país.

Desde que se puso en marcha el proyecto han vendido de esa forma más de 8.700 títulos, todos entregados por los mismos libreros, quienes hacen funciones también de mensajeros.

Domínguez, una de las gestoras del proyecto, explicó que cuando el libro no está disponible en determinada librería, los libreros contactan a otras para tratar de satisfacer la demanda del solicitante.

El proyecto se inició por la librería Guamá, en el municipio habanero de Guanabacoa, pero se extendió a los 15 municipios de la capital cubana y comienza a aplicarse en algunas provincias, como la central Camagüey.

«A veces hemos tenido que caminar largas distancias con una mochila cargada de libros, pero la sonrisa de la gente cuando los recibe es la mayor satisfacción», aseguró Grisell Martínez, quien dirige la librería Guamá.

La mayoría de los textos solicitados son de literatura infantil, aunque las novelas policíacas y los libros sobre deporte tienen también una alta demanda,

«Hemos preparado módulos con varios textos de diverso corte que se ofrecen a precios muy módicos, lo que ha tenido una buena aceptación entre los lectores», afirmó Martínez.

Otro librero, Mitchell Piña, dijo con satisfacción haber recorrido varios kilómetros para entregar un pedido, tal y como hace su colega Victoria Torres, quien visita la casa del anciano Eliades Rodríguez.

«Lo mejor de este proyecto es que en medio de la pandemia, cuando uno no debe salir mucho de casa, ellos me traen los libros que les solicito», señaló Rodríguez con complacencia.

El anciano, quien confesó ser «un buen lector desde niño», dijo que hasta el momento ha podido encontrar por teléfono los textos preferidos, que lo ayudan a soportar el obligado encierro en casa por la pandemia.

También algunas personas se acercan a la librería para solicitar algún texto que no está disponible, pero que los libreros tratan de localizar para después llevárselos hasta sus domicilios.

Las librerías continúan abiertas, pero con aforo limitado a la mitad de la capacidad del área de venta, como parte de las medidas sanitarias decretadas por el gobierno de La Habana en el afán de cortar la transmisión del virus SARS-Cov-2, causante de la COVID-19. •