Otros pendientes

No suelo leer a Lozano —ninguno de los dos— pero no me quedó de otra ante el bombardeo LGBT+ con su columna para REFORMA. Aprovechando, me gustaría hacer algunas precisiones.

El remate y sub encabezado son claros: A pesar de que MORENA sigue siendo mayoría, Genaro Lozano repite la asquerosa técnica partidista de echarle la culpa a otros. «Los gobernadores del PRI y el PAN son el candado», dice el texto titulado «Pendientes LGBT». Quisiera preguntarle: ¿Qué más necesita el partido oficial? ¿Más poder?. Qué oportuno su texto en los albores de la contienda electoral, ¿verdad?. Premio al mejor timming.

El Movimiento Regeneración Nacional llegó a Palacio Nacional con miles de promesas, pero también miles de pretextos. «Las administraciones anteriores» son siempre los presuntos culpables en los territorios gobernados por MORENA, hasta en la CDMX en la que una de estas es la del Canciller Marcelo Ebrard y la otra, no faltaba menos, del Presidente de la República.

¿El Presidente lanza un inútil y vomitivo decálogo «contra» la violencia de género? Culpa del neoliberalismo. ¿López Obrador evita hablar de aborto? Fue Calderón. ¿La «esperanza de México» se vuela 33 mil MDP del Fondo para Gastos Catastróficos —que, entre otras cosas, cubre los costos de los tratamientos antirretrovirales— y evita etiquetarlos para comprar vacunas? Sí, pero el PRI robó más.

El candado, Señor Lozano, no son los gobernadores del PRIAN: El problema son las ideas añejas y espíritu golpeador del porro que habita en el austero Palacio Nacional que perteneció a los virreyes de la Nueva España. Las limitaciones están en la podrida forma de administrar el estado que usted defiende, «conmigo o contra mi», al validar la renuncia de responsabilidad que la auto proclamada transformación se enchaleca día con día, porque nunca es su culpa, porque «se los heredaron», porque casi casi los forzaron a tomar el puesto que reclamaban —hasta nombrándose gobiernos legítimos—.

La primera deuda es que la 4T se actualice y viva en el presente. Sabe usted perfectamente que tenemos otros pendientes. •

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