Luis Chavira, clave del teatro mexicano, celebra trayectoria

El 1 de octubre de 1990, Luis Chavira Alva llegó al Auditorio Roberto Amorós (ubicado en Sor Juana Inés de la Cruz 114, Santa María La Ribera) con la convicción de que cada día hay una batalla que se tiene que librar en el ámbito de la cultura para lograr una transformación profunda del ser humano, a través del teatro, la danza, la música y de las artes en general. Hoy, ese recinto se conoce como el Teatro Sergio Magaña y es la huella imborrable de su contribución

Como parte de los festejos por su 80 aniversario de vida, el Maestro Chavira sostuvo una conversación a través de la fanpage del Sistema de Teatros de la CDMX en la que compartió sus anécdotas y abrió al público la posibilidad de conocer las entrañas de nuestra memoria escénica a través de la suya.

Su carrera arrancó en los 60’s. Durante esta larga trayectoria ha sido parte importante de las instituciones que sostienen la actualidad artística y cultural de nuestro país con un compromiso implacable no sólo por su óptimo funcionamiento, sino por una solida transparencia y el esfuerzo incansable de crecer junto con la escena.

Es parte del equipo que creó el primer profesiograma del ISSSTE, misma institución en la que dio nacimiento al equipo de ciclismo y veló siempre por el manejo correcto y la depuración de las actividades. «A muchos no les gustó, pero así tenía que ser».

En su paso por el Palacio de Bellas Artes logró el primer concierto «a precios populares con la Sinfónica Nacional. Cobrábamos diez o veinte pesos», recuerda. «Hubo muchas críticas, pero lo hicimos». Fue parte también del Festival Internacional Cervantino.

«Quiero agradecer al Maestro Ancona, a mi familia que me han aguantado, al Maestro Carballido, al Maestro (Hugo) Argüelles, al Maestro (Javier) Rojas —que para mí es un joven talentosísimo—, a toda esa gente joven que va para delante. La obligación de nosotros es apoyarlos».

El Maestro Chavira sigue creyendo en la cultura como el motor de la humanidad. El 26 de septiembre de 2014, al finalizar la función de El amor de las luciérnagas, Teatros Ciudad de México le rindió un reconocimiento a través de una develación de placa, por su incansable y profesional trabajo al frente del hoy Teatro Sergio Magaña.

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