Master class con María Calas (con una sola L): Ópera desnuda contra natura

Por años se ha dicho que la ópera agoniza, que ha muerto y que mucho trabajo puede costarle la recuperación y, sin embargo, se mueve.

Hace unas semanas andaba Entre Lenchas, Vestidas y Musculocas y me topé a una leyenda, con nombre común pero apellido que sólo tienen las divas de a deveras, las de cepa: María Calas. Sí, con una sola ele. Vi bajar a la divinidad al cabaret, desnudar la ópera y a su personalidad misma y revelarse a través del espectáculo construido por Tito Vasconcelos y Javier Rojas Trejo y que, francamente, me hizo amar más este lamentablemente inmaculado género por aquellos que se dicen “puristas”.

Master Class con María Calas (con una sola l) hace lo que la ópera necesita: se quita del artilugio y se basa en lo etéreo de encontrarnos con una creación reducida a su más minúscula esencia. Desde Artaese hasta Norma, Javier Rojas Trejo nos hace soltar la más sonora y risueña de las carcajadas al ponernos en la perspectiva del bel canto como el método para contar las más comunes como alocadas historias en sencillos argumentos que, por más largos que parezcan, no son más que reflejo de lo que las sociedades viven. Todo esto se logra gracias al estudio concienzudo de Rojas Trejo de la enorme diva Callas, en cuya figura sostienen el hilo conductor y cuyos movimientos —y, para ser justos, algunas gesticulaciones— replica el también tenor con una precisión que envidiaría cualquier maquinaria suiza. 

Por otra parte, la propuesta escénica de Vasconcelos nos plantea en una clase más que magistral no sólo de ópera, sino de conciencia espacial: ¡Habrase visto llenar un escenario en tal manera con 1 cantante, un vestido y un atril!

A esta María no le sobra ni le falta nada, ni una ele.

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