Triunfó el barroco en la voz del contratenor Iván López Reynoso

Por: Héctor Sosa

En las salas de concierto de nuestro país es inusual escuchar obras vocales del periodo barroco. Es todavía más raro que se programe a un contratenor como solista de cualquier orquesta, ⎯pues el machismo ha impedido en gran parte el desarrollo de la tesitura⎯,  y que, además, se le brinde la oportunidad de cantar todo el programa es algo que verdaderamente hay que celebrar con bombo y platillo.

No es casualidad que ese contratenor sea también el director interino de la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes OSA abriendo la nueva temporada de conciertos a puerta cerrada diseñada para proyectarse a través de la televisión y los medios electrónicos, en medio de una contingencia que no tiene fecha de caducidad y en una sala de conciertos con algunos problemas de acústica que por cierto, no es la sede oficial de la orquesta. La llamada nueva normalidad ha puesto a prueba el ingenio de muchos artistas para promover sus actividades logrando llegar, a pesar del confinamiento, a un auditorio más grande que el que normalmente tiene una sala de conciertos o un teatro. Las posibilidades que brinda la internet en este sentido son infinitas y sus alcances monumentales. 

Los directivos de la OSA tuvieron el buen tino de elegir a Iván López Reynoso para esta encomienda, conscientes de las ventajas que representa una dotación instrumental tan reducida (básicamente cuerdas, continuo y un oboe) como las de las obras interpretadas y transmitidas el pasado domingo 16 de agosto en la página de Facebook de la orquesta.

El contratenor López Reynoso debutó dos obras claves para su inusual tesitura y ambas fueron interpretadas magistralmente. El Stabat Mater de Antonio Vivaldi (1678-1741) resonó con profunda emoción en su voz cálida, opulenta, redonda y con pleno dominio de las enormes frases largas requeridas en la pieza. Su profundo conocimiento del estilo barroco le permitió adentrarnos en el afligido corazón de la virgen María en el “O quam tristis”. De gran factura fue el número VI de la obra ”Pro peccatis”, bien articulado con perfecta entonación y con un sentido “Amen” culminó con la interpretación de la primera parte.

En la segunda parte del concierto la orquesta tocó la cantata Ich habe genug BWV 82 (Tengo suficiente) del compositor alemán Johann Sebastian Bach (1685-1750) considerado como el padre de la música. Según mis cuentas, es la primera vez en México que un contratenor mexicano canta una cantata de Bach con orquesta, ⎯curiosamente yo canté Bach en el extranjero⎯, y sería deseable que este hecho se repitiera con más frecuencia: mi alma necesita escuchar ese repertorio en la voz de un alto masculino, que el propio  Bach llamaba “La voz del Espíritu Santo”.

Espléndida resultó la ejecución de la cantata Ich habe genug por parte de la OSA y su oboe obligado que tocó con gran musicalidad Nayeli Cervantes en dos de las tres arias. López Reynoso supo sortear muy bien tan demandante obra, sobre todo la entrada de la primera aria, que resulta algo incómoda por el registro agudo. En los recitativos pudimos apreciar además de su excelente dicción en alemán una inusual afinidad a un estilo que el contratenor solista abordaba por primera vez. Los recitativos en general suelen ser aburridos y mal cantados pues los cantantes buscan solamente el lucimiento vocal de las arias. La interpretación de la segunda aria “Schlumert ein, ihr matten Augen” (Descansen ojos extenuados) fue hipnótica, con bellas frases en pianissimi y largas notas tenidas en casi todo el registro. Sin embargo, en la última aria “Ich freue micha auf meinen Tod” (Yo me alegro ante la muerte) el solista demostró la flexibilidad y dominio de su instrumento vocal al resolver de forma brillante la tremenda agilidad exigida en ese número.

El contratenor Iván López Reynoso está ahora en un nivel vocal y musical tan fantástico que pronto sus habilidades le permitirán ampliar nuevos horizontes para internacionalizar también su canto. Ojalá este año quede registrada su voz en un disco compacto o digital antes de que Europa y el resto del mundo lo acaparen, por lo pronto yo me apunto como su productor artístico.

Mientras veía el concierto en la computadora me preguntaba: ¿Qué capacidades se necesitan para cantar y dirigir con decoro? ¿Cómo se puede escuchar a los instrumentistas a detalle mientras uno se empapa y a veces se satura de su propio sonido? ¿Qué nivel de concentración se requiere para hacer bien ambas cosas?, y es que en México nunca se había visto nada similar en muchos años.

Los amantes de la ópera debemos regocijarnos del nivel que están adquiriendo nuestros cantantes, porque directores de orquesta que canten y dirijan con esa maestría, como Iván López Reynoso, no es nada común ni en México ni en otras partes del mundo. •

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