Órfico Blues: extraña adaptación del mito

Estaban Orfeo, Eurídice y Medea en un bar…

El clásico mito griego toma un nuevo giro en Órfico Blues, producción de Alex Galindo que se presenta los sábados en el teatro El Foco de la colonia Roma.

Estrenada el 12 de febrero con el elenco integrado por Mariano Anaya, Luis Báez y Mariana Porras, ofrece una confusa mezcla entre humor y líneas de tensión que se rompen accidentalmente, por descuido. Los chistes que llegan en medio de los momentos de más presión no hacen sino desinflar lo que podrían ser grandes escenas.

El espacio es suficiente para imaginarse en un bar de mala muerte donde Medea (Porras) teje los enredos que ocupan buena parte del tiempo en escena. Las apariciones de Báez son confusas: ¿cuál es el sentido de que Orfeo viva sin camiseta, en un vestuario que realmente no comunica nada ni aporta? Mención aparte merece su afinación: canta con gusto y lo hace bien. Hablar mucho de Anaya sería tan exagerado como su actuación, llena de clichés sobre las mujeres en la menopausia.

El inicio es casi escolar. Poco después de la mitad es cuando la cosa se pone seria, y se pierde —insisto— en el momento que el humor innecesario destroza tensiones que podrían haberse cortado con hilo.

Lo reconocible de Órfico Blues es la idea, el valor de producir en momentos de incertidumbre. Justo es ahora cuando las personas creadoras enfrentan uno de los retos creativos más profundos, por lo que resulta necesario justificar las producciones y volverlas sucesos. •

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