Las Rastreadoras, nominadas al Ariel 2022

“Buenos días, mi muchachito hermoso”, dice una mujer mientras enciende una veladora y habla con una fotografía en la pared. “Soy Mirna Nereida Medina Quiñones”. Su hijo Roberto desapareció el 14 de julio de 2014 en Sinaloa. Era vendedor de accesorios para autos en una gasolinera. Dejó una esposa y un par de hijas, a quienes Mirna no ve por seguridad.

Su dolor ha quedado plasmado en la lente de José María Espinosa de los Monteros, director del documental Te nombré en el silencio que retrata el viacrucis de las miles de mujeres que buscan entre la tierra a quienes llaman “nuestros tesoros”: algunas de las más de 100 mil personas desaparecidas en México desde 1964 según registros oficiales.

Estrenado en 2021 y premiado por la Filmoteca de la UNAM como Mejor Documental, Te nombré en el silencio es una radiografía honesta de la lucha de miles de madres, hermanas, esposas, hijas, tías, abuelas… mujeres que día con día se enfrentan a la incertidumbre de no saber dónde está su familiar que desapareció sin dejar rastro, en un ambiente de profunda impunidad. “Le puse la condición de que nadie iba a actuar, que todo tenía que salir como quedara”, dice Mirna al recordar el rodaje.

La cinta, producida por Paloma Cabrera y Juan Pablo Espinosa de los Monteros, busca amplificar las voces de El Cártel de las Palas, como se hace llamar sarcásticamente la misma Mirna. “Dicen que somos las locas de las palas”, recuerda entre risas.

En la cinta, la voz de Mirna se entreteje con las de otras Rastreadoras, nombre que —según recuerda— les dio el periodista Javier Valdez, asesinado con 13 balazos el 15 de mayo de 2017 en su natal Culiacán. “¿Cómo le haces? ¿Cómo buscas a Roberto? [preguntó Valdés]. Busco por las orillas del río, por los canales, las vías del tren, los montes y donde hay casas abandonadas —le dije. ¡Entonces rastreas! Entonces son Rastreadoras [respondió]”.

La valentía de Las Rastreadoras de El Fuerte y EMT Producciones encuentra nuevo mérito tras la doble nominación de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC) a su máximo reconocimiento: el Ariel.

Para la edición 64, la AMACC lo ha nominado a como Mejor Largometraje Documental, misma categoría en la que Las tres muertes de Marisela Escobedo fue premiado en 2021, y Mejor Ópera Prima, clasificación en la que fue ganadora Sin Señas Particulares en ese año, arrasando la premiación al llevarse 9 estatuillas de las 16 por las que competía.

Imagen oficial de la 64ª edición del Premio Ariel | AMACC

Y es que todos son filmes que aportan luz al hablar de desaparición forzada y violencia de género en el contexto latinoamericano. Ahí quedó plasmada la odisea que Marisela Escobedo recorrió para buscar justicia y encontrar la muerte al exigirla. También los incansables pies de Magdalena (interpretada por Mercedes Hernández), que recorrieron medio México buscando como lo hacen diariamente miles de mujeres que han repasado su vida en un segundo al mirar el peligro a los ojos a través del cañón del gatillero de algún cártel insistente en cesgar la búsqueda. Una ficción que es realidad a cada minuto. 

José María Espinosa de los Monteros capturó la esencia de la rabia convertida en combustible, aplomo y coraje. Mirna desnuda su historia, la cuenta sin tapujos y con la frente en alto. “Lloro cada que la veo”, confiesa entre amigos.

Las lágrimas ruedan cuando se mira hablando con la fotografía de su hijo que aún pende de la pared a la espera de la mitad del cuerpo que aún no localiza. “Te cumplí”, le grita entre llantos al pie de su tumba. Destapa una cerveza, se la da. Un nuevo brindis para la memoria. •

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